20.5.07

Don´t come knocking, de Wim Wenders

Color, mucho color. Amarillo, sobre todo y rojo. Una amplia gama de colores. Una apuesta por la experiencia velada, por la historia oculta. Poco diálogo, y aún así, cada ser tiene su razón de ser en el filme, tiene su historia. Un poco parodia y homenaje a los westerns, parece buscar el fin de la impostura. Es dura, cínica, divertida. De una melancolía absurda. Confirma el hecho del cine como confesión, como expiación de culpas. Hay más realidad allí que en ciertas pretensiones realistas. Un viejo actor cansado de andar, buscando establecerse, recuperar su familia. Una camarera sencilla, alegre, solitaria. Un músico en plena carrera destructiva, o mejor, creativa. Una chica dulce y honesta, alimentando sueños y palomas. Un oscuro funcionario desencantado del mundo. Personajes así pueblan un mismo pueblo en la historia de Wenders...

Nota: podría quedarme viendo a Sarah Polley durante horas.

1 comentario:

Joy dijo...

Uy esa peli la queria ver hace mucho y luego me re colgue... me parecio que era buena. Le tengo re PENDIENTE