10.6.07

Persona, de Bergman (1966)


Sexual y sombría. De una tristeza agresiva, provocadora. Luces y sombras protagonizan el film, es posible ver todo el espectro del blanco y negro. Gotas, arañas, paredes desnudas. Un niño que acaricia una cara borrosa. En la oscuridad, dos fuentes de energía se unen de repente, lo que da origen a la historia.

Vendrá ahora una exitosa actriz representando Electra. Calla de súbito y sabemos que algo insólito ha ocurrido. No vuelve a hablar en toda la película aunque sea el personaje central. Es recluída en un sanatorio, entregada al silencio y la inmovilidad. Le es asignada una enfermera joven que al principio rechaza el trabajo pues se sabe incapaz de manejar una fuerza mental que ha elegido la quietud por voluntad propia. Por contraste, la enfermera habla todo el tiempo, sostiene el hilo de la historia, se confiesa ante la actriz que parece escuchar en una actitud de triste piedad. La joven ama y admira a su paciente, la invita al campo, le hace lecturas de grandes tragedias. La sombra de Kierkegaard parece caminar con ellas por las frías playas de Suecia. Elisabet es el nombre de la actriz, que ya sonríe a su compañera, la acaricia con los ojos. Casi se seducen. Una noche, ya tocada por el vino, le susurra algo a su joven amiga, la única vez que abre la boca: "Ve a acostarte o te quedarás dormida sobre la mesa". Esta repite la misma frase, como si viniera de su conciencia. Alma se llama la enfermera, que ante el mutismo de su paciente, decide abrir su correspondencia. Descubre que ésta revela a terceros los secretos que ella tuvo la debilidad de confiarle, que la actriz le espía y le estudia desde su ambiguo silencio. Cambia de actitud, le reprocha, le exige palabras. Deja que se corte con vidrios, le amenaza con agua hirviendo. Le recuerda que no es nadie, que ha querido callar para no tener que mentir, para no fingir un carácter. Toda una vida de impostura solo admite el silencio, la muerte en vida. Todas las noches sueña que la actriz viene a su tocador y le acaricia el pelo de manera sensual. Se miran ambas al espejo y son iguales. En el día, empiezan a confundirse. Alma habla cada vez menos, sus ojos desarrollan una especie de sombra. Parece comprender lo inútil que es tratar de forjar una unidad en torno a sí mismo. Le enseña a hablar a Elisabet. "Nada", le repite, "nada, nada, nada..."

2 comentarios:

Ojos Caleidoscopio dijo...

Hola!!!

Dios!!, q buen blog!!!


amo a poe!!, es mi escritor favorito!!!!


era n groso total!!!



te agrego a mis blogs favoritos, pasate x el mio...lo hice hae poco...asi q aun no tiene muchs cosas..pero las tendrá!


chauuu

Julian dijo...

señorita flor, un gusto tenerla por aquí. pase cuando quiera. un saludo.