8.6.07

un poema

Con sangre en los ojos
mirar a lo lejos
hastiados
divertidos
con todos los vacíos ontológicos
a cuestas
y el paso rápido
y el sostenimiento del aire en el pecho
tener que gritarle a los felices
que los amamos
que los envidiamos con rigor
que nunca tuvimos el coraje
de amar a la muerte
de rebelarnos de verdad
que nunca abandonamos
la ciega obstinación contra el tiempo
que ya no nos quejamos
de haber dicho No en las puertas del cielo

Queda decirle a los hijos
que no hay nada que legarles
salvo algunos dioses muertos
y las bases de las estatuas
para que busquen o no busquen
para que nunca encuentren
para que follen
y rían
y compren trapos y discos
y hagan pésima poesía
insertados en la vida
o mas allá de ella
sin revolución
ni profecía
con un sueño oscuro
en un sótano oscuro
a las tres de la mañana

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