23.6.07

una geisha

Nunca supe su nombre. ¿María, Sofía? Digamos geisha para abreviar. Amigos, lo daría todo por una foto suya, así ustedes compartirían mi risa. La cara blanca, blanquísima, efecto no tanto del maquillaje como de la harina de feria. Boca pequeña, muy roja y no pintada del todo. Ojos negros, rasgados, ausentes. Borracha es poco decir, se caía de la perra. Y bueno, por pudor hay que evitar el resto. Debo decir sin embargo que todos los mitos al respecto son, por fortuna, absolutamente ciertos.

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