29.2.08

Playmate



Aquí esta K. haciendo sus pinitos en el difícil terreno del erotismo mediático.
A continuación reproduzco la entrevista:

Playboy: ¿Desde qué edad eres modelo?
K.: Nunca he sido modelo. Solo de amigos o familiares. Nunca de verdad.
Playboy: ¿Cómo una mujer sin formación profesional en modelaje aparece en nuestra portada, llegando a ser playmate del año?
K.: Quería verme en una portada pensando en un buen regalo para J. Me salió barato y efectivo.
Playboy: Estamos pensando en pagarte una gran suma llena de ceros por un desnudo entero, ¿qué dices?
K.: ¿Me puedo pensionar con eso?
Playboy: Modestamente, sí.
K.: Queda aprobado.
Playboy: ¿Crees que J. se molestaría?
K.: No. El pasea por la casa desnudo todo el tiempo.
Playboy: Gracias. Hay cosas que no queremos saber... entonces, ¿para cuando las fotos?
K.: Ahora mismo.
Playboy: Luces...

absinthe

What difference is there between a glass of absinthe and a sunset?

23.2.08

Asuntos de Oficina

Hoy es sábado y tuve que trabajar, como algunos desafortunados. Trabajar no, tuve que venir a la oficina a escanear unas vainas que necesito para el lunes. Pero ya estoy mamado. Como no hay nada más que hacer salvo pizza, cigarrillo y Thelonius Monk, tengo ganas de resumir cómo llegué a este balcón de un quinto piso en la 127 con autopista.

Empezó todo con una llamada un lunes en la mañana, un día de casa sola y lectura de blogs en pijama. M., un tipo con el que estudié en la universidad (libros, bebetas y todo eso), en su calidad de director de oficina de egresados me llama y me pide afeitarme y sacar corbata del cajón destino entrevista con jefe cooperativa de salud, etcétera, y yo le hago caso, pues ando en la mala y no tengo para el bus, así que toca, y mi abuelita orgullosa me da galletas en papel aluminio y casi me echa la bendición, entonces salgo en busca del bendito puesto. Allí, hecho un manojo de nervios como indica la inexperiencia y atiza la necesidad, espero en una salita mínima que alguien diga mi nombre, cuando aparecen por la misma puerta por la que yo entré el man más creído y fatuo e hipócrita de mi antiguo salón de clase, de la mano de la más solapada y floja y puta del mismo curso, buscando por supuesto ganarme el puesto en esa especie de rat race de cojines mullidos, lámparas blancas y esperas interminables.

Mi defensa fue el silencio. Pasamos uno por uno, el man este y yo demoramos a lo sumo 20 minutos y ella 40, y así supimos que paila, nada que hacer, la falda y la risa y lo que sea le habían ganado a todo lo nuestro. En fin, dí por perdido el puesto y me fuí a mi casa a seguir devorando las pastas de mi abuelita, a seguir frecuentando biblios y museos y calles del centro, leyendo a Bolaño en los parques, y así, entonces me llamó la misma vieja que me hizo la primera entrevista (lo olvidaba, fueron 2, la primera "psicotécnica, léase se considera usted un líder, la vieja atónita cuando le digo no, me considero el mejor amigo del líder), y me dice listo, es tuyo, mañana empiezas, bien puntual, no olvides la presentación, etcétera.

Al otro día instrucciones de trabajo, el tipo que tenía mi cargo era como uff ya me zafé de este rollo y aquí te lo dejo, nada de entrega de puesto o inducciones, de una, sin preparación previa, solo una especie de charla en sala de gerencia en donde sí señor, espero cumplir sus expectativas y llevar la empresa por buen camino, después dibujos en un tablero, situación actual de la cooperativa, adelante joven, los resultados tienen que verse, y cuánto voy a ganar, empecemos con tanto, creo que es lo justo, y está bien, ya verá que nos irá muy bien.

El cargo oficial era asistente jurídico. Leía contratos, llamaba a todo el mundo para legalizar, sacar pólizas, hacer listas de asociados, presentar informes, cobrar cartera, pues todo, todo lo que el trabajo de oficina implica. En realidad no aprendí cosa alguna, salvo quizá un conocimiento digamos empírico de esa especie acechante y creciente conocida como "joven ejecutivo", una gente que se habla de su labor con un aire de importancia, que modula la voz según el interlocutor, que ven la vida como una pirámide hecha de cabezas y que abusan del blanqueador de ropa y de los portacomidas de plástico. Esa gente.

Aquí entramos a lo que nos gusta, el chisme agazapado. Parece que el man de tesorería, uno simpático y muy gamín, le hizo la vuelta a la niña de la limpieza. La abogada, que meses atrás se acostaba con el gerente, empezó a salir con el director financiero. El gerente le echó el perro a la niña aspirante a asistente durante los 15 días que la llevó a trabajar a Villavicencio. Una noche llegó borracho con chocolates y despidió a la vieja sin pagarle un solo día cuando ella no quiso dárselo. Ahora el ofendido novio quiere demandar la cooperativa, adivinen quién recibiría la demanda. En una salida de la oficina entera a un "bailadero" se pasaron de tragos y ahí fueron todos contra todos. Y no me salvé, porque incluso fuí con la niña de telefonía a una fiesta de disfraces bastante mediocre. Qué gente tan jodida.

Duré tres meses, no me aguante más ni la abogada ni el gerente. Dejé de trabajar un tiempo, pasaron cosas importantes que no son objeto de esta entrada, y hace quince días que trabajo de nuevo, con la misma gente como es previsible, pero ahora en la Clínica San Pedro Claver. En la clínica, fortalecido por el tiempo, el amor y el fracaso, parando oreja en corredores y salones, me he enterado de otro tipo de chascarrillos que tienen que ver más con la economía que con el sexo.

Dentro del plan privatizador que idearon algunos genios del gobierno, la Clínica San Pedro Claver, casi un baluarte nacional, va a ser comprada al parecer por Compensar. Igual sucederá con la Carlos Lleras Restrepo, la Misael Pastrana y la Clínica del Niño, es decir, todos los centros médicos de la ESE Luis Carlos Galán de Bogotá. Así pasó con la José Prudencio Padilla de la Costa Atlántica, la Rafael Uribe Uribe en Antioquia, Córdoba y Chocó, la Policarpa Salavarrieta en Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Huila, Meta y Caquetá, y hace nada, el 15 de este mes, el gobierno anunció que se venderá la ESE Rita Arango también. Todo esto es despreciable siempre que la salud es un bien público y vital, pero es desoladoramente entendible puesto que el botín que deja el desportillado Seguro Social asciende a 10,8 billones de pesos. ¿Usuarios del ISS? Mas o menos 3 millones. ¿Empleados sin puesto? Póngale entre mil y mil quinientos por clínica. Ahora haga las cuentas.

Eso pasa más o menos, pero ahí sigo, con un horario un poco más flexibles, sin jefes picando en la espalda, tratando con médicos especialistas en vez de jóvenes ejecutivos, saliendo un poco del computador para salir a caminar por los parqueaderos o hablar por celular con K., o charlar con R., un tipo que yo imaginaba oficinista de décadas y resulta que es metalero rehabilitado, o con J., que es un médico auditor con un par de hijos, un par de trabajos, y una esposa que llama día y noche a recordarle cuánto lo ama y cuánto valen las facturas que están por vencerse. El director de urgencias es tan fascinante que merece un post entero, pues Dr. House le quedó chiquito. El resto de gente es gente amable, con esas ganas de demostrar poder gratuitamente, como un todo lado, pero de resto bien, me queda algún tiempo para salir y... salir... y bueno, no es que haga muchas cosas. Pero pronto más noticias sin destinatario. Prometido.

12.2.08

Tomado de un forward

"El Gobierno Nacional anunció hoy que reemplazará la bandera nacional por un condón, porque éste representa más claramente la acción y gestión del gobierno de Alvaro Uribe, ya que un condón resiste la inflación, detiene la producción, destruye a la próxima generación y le da a la gente una sensación de seguridad mientras la están clavando".

10.2.08

nostramamos 1

Voy a invitar a mi gran amigo, el adivino Nostramamos, para que arroje algunas luces sobre el oscuro panorama que se cierne sobre nosotros...


Mientras Uribe siga en el poder, no va a cambiar nada.
Las Farc seguirán siendo las Farc. Chávez seguirá hostigando la economía.
El TLC lo van a firmar. Los gringos montarán fábricas, vigilarán de cerca.
A nadie le importará que se jodan algunos sectores vitales, pues ahora hay inversión extranjera.
Uribe va a decir que no es su intención perpetuarse.
Tendremos más miedo que ahora, pero el escudo será un nacionalismo barato.
Así que vamos a elegir un tipo "firme, moderado y de acento social".
Este tipo será en el mejor de los casos Sergio Fajardo. En el peor, Vargas Lleras.
No va a ser Gaviria porque "puede que sea intelectual, pero le falta autoridad".
O sea que seguiremos buscando papá y no presidente.
El que suba durará 4 años diciendo lo que Uribe ahora, que hay que arrinconarlos para poder negociar.
Así que más inversión en la guerra, ahora atizada por la furia del pueblo.
Más de uno se enlistará, cegado de frenesí patriótico.
El mundo pretenderá estar atento.
Chávez pondrá plata a la guerrilla. Los gringos al ejército.
Se van a dar duro, muy duro. No va a ganar nadie. Morirán muchos.
Pero Colombia, o sea Estados Unidos, pretenderá haber vencido.
Pasearán la cabeza de alguno del secretariado por los medios del mundo entero.
Europa dirá que es lamentable, que Colombia sufre un proceso histórico inevitable.
Enviarán "ayuda humanitaria" para las víctimas, que seremos todos.
Le consolidará finalmente el para-estado, ahora con los marines gringos por ahí en las calles.
El nivel de corrupción lo disputaremos con Méjico o la India.
Seremos más ricos y más pobres. Sobre todo más pobres.
Ahora que "no hay guerrilla" se le va a echar la culpa del atraso a la corrupción.
A la corrupción que algún corrupto atacará de frente en su campaña.
Y como la corrupción solo se combate con coraje, subirá el esperado dictador.
El último caudillo, el último papá.
A él terminaremos matándolo.
Es lo que se hace con un padre si se quiere vivir.

Die Fackel

En esta época en la que ocurre justamente lo que uno no podía imaginarse, y en la que ha de ocurrir lo que uno ya no podía imaginarse, si pudiera, no ocurriría; en esta época tan sería que se ha muerto de risa ante la posibilidad de que pudiera ir en serio; que sorprendida por su lado trágico busca el modo de disiparse, y al pillarse con las manos en la masa se pone a buscar palabras; en esta época ruidosa que retiembla con la sinfonía estremecedora de acciones que provocan noticias y de noticias que disculpan acciones, en una época así no esperen de mí ni una sola palabra propia. Ninguna salvo ésta, justamente la que protege aún al silencio de ser malentendido. Pues hasta ese punto está firmemente asentado en mí el respeto por lo intocable del lenguaje, por su condición subordinada a la desgracia. En los reinos donde sobra escasez de fantasías, donde muere el hombre de hambre espiritual sin husmear siquiera lo ayuno de su alma, donde la pluma se moja en sangre y la espada en tinta, allí ha de hacerse lo que se piensa, pero lo que llega sólo a pensarse es inexpresable. No esperen de mí una sola palabra. Ni sería yo capaz de decir alguna nueva: a tanto llega el estruendo en el cuarto en que uno escribe, y no es momento de decidir si procede de animales, o de niños, o tan solo de morteros. Quien hace honor a las acciones deshonra acción y palabra a un tiempo y es doblemente despreciable. Es ése un oficio que no se ha extinguido. Los que ahora nada tienen que decir porque la acción tiene la palabra siguen hablando. ¡Quién tenga algo que decir que dé el paso al frente y calle!

Karl Kraus